El Papa Francisco nos reta a vivir nuestra fe. Nuestra fe se ha confirmado una y otra vez durante este Año de la Fe.  Y la sorpresa de tener un Papa latino nos confirma aún más en la fe.  Él es el primer Papa latino y el primer Jesuita.

Este Año de la Fe, el Papa Benedicto nos recordaba de mantener abierta la puerta de la fe para que entre la gracia de Dios.  Dios nos ha bendecido con un nuevo Pastor.  En fe los líderes de la Iglesia se reunión en la capilla Sixtina para orar y pedir a Dios la guía espiritual para elegir el líder su Iglesia. La gracia de Dios entro por las puertas abiertas de la fe y nos dio el primer Papa del Nuevo Mundo.

El Nuevo Mundo que fue descubierto 1492, y a partir de allí fue colonizado y evangelizado ha dado sus frutos en los santos: Rosa de Lima, Martin de Porres, Isabel Seton, Catarina Takakwitha e innumerables mártires. Hoy, desde estas tierras fértiles para la evangelización, se nos da un evangelizador para todo el mundo.  El evangelio que se ha predicado en estas tierras ha sido muy fructífero, pues en las Américas vive el grupo más grande la Iglesia Católica.  El Papa Benedicto XVI lo tenía bien claro cuando visito a Brasil por la V conferencia episcopal: discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida.  En los discípulos de Jesús hay la potencial de tener misioneros; misioneros que lleve la Buena Nueva a otros lugares.  Con gusto podemos decir: “hoy tenemos un misionero.”

Es el primer Papa Jesuita.  La sociedad de Jesús, o la compañía de Ignacio de Loyola, como él le llamó.  Fue fundada para predicar el evangelio a los católicos que se había alejado de ella.  Hoy más que nunca necesitamos de esta misión.  La Iglesia Católica sigue perdiendo a sus miembros: porque se van a otras iglesias y sectas a buscar riquezas espirituales que están en la misma Iglesia Católica.

Hoy hay problemas y el escándalo de los abusos sexuales requiere remedio.  Sin minimizar este problema, pues es real. La realidad es que muchos de los que se fueron de nuestra iglesia, se fueron buscando espiritualidad, milagros, buena predica, apoyo emocional.  Hay muchas razones por que se fueron.  El Papa Francisco a lo mejor no los traerá de regreso; pero si nos motivará a vivir nuestra fe con más autenticidad. El Papa Francisco nos recuerda: Y ahora, comenzamos este camino: Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad…

El camino de Jesús  es de amor, que nos amemos los unos a los otros.  Este dialogo del amor es de oración, de humildad y de sacrificio.  El Papa Francisco ha sido muy coherente en todo lo que dice y hace.  Su humildad, como la de San Francisco de Asís, está tocando los corazones del mundo.  Muchos no cristianos están contentos y ven una bendición de Dios con el nuevo líder que tenemos.  Para los católicos y aquellos que sigue a Cristo, este puede ser un tiempo de gracia; es una bendición de Dios para aquellos que tenemos fe, que confiamos en el Señor Jesús. Que Dios nos siga bendiciendo y que la fe siga dando frutos en su Iglesia. Oremos para que Dios bendiga a su nuevo pastor para que sea roca firme para apoyarnos y raca viva para edificar la Iglesia.