El entonces candidato presidencial Alan Garcia sonrie durante una conferencia de prensa en Lima, Peru, el 7 de abril, 2001. El anterior presidente murió el 17 de abril a causa de su propio disparo en la cabeza. (CNS photo/Pilar Olivares, Reuters)

LIMA, Perú (CNS) — El presidente de la conferencia episcopal peruana hizo un llamado a la calma, al morir Alan García, quien fuera dos veces presidente de Perú, el 17 de abril después de dispararse en la cabeza cuando las autoridades se alistaban para arrestarlo.

“Un triste final para esta persona, quien también era importante, independientemente de las situaciones políticas y financieras”, dijo el arzobispo Miguel Cabrejos Vidarte de Trujillo. “Era un líder político”.

Subrayando que había fuertes opiniones sobre el expresidente, el arzobispo pidió “serenidad, calma, y que no vuelvan a suceder estas situaciones”.

La conferencia de obispos de Perú posteriormente emitió un breve comunicado de pésame a la familia, amigos y colegas de García, diciendo: “Invocamos la misericordia y la ternura de Dios Padre, que conoce profundamente el corazón humano, para que le conceda el gozo de su eterna presencia”.

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García, 69, estaba acusado de recibir sobornos de la compañía de construcción brasileña Odebrecht durante su segundo mandato 2006-2011. Su primer gobierno, 1985-1990, se caracterizó por la hiperinflación, caos económico y brutales masacres tanto de rebeldes izquierdistas como de militares.

Cuando la policía llegó a arrestarlo, García pidió hacer una llamada telefónica, según el ministro del interior Carlos Morán. Entonces, él entró a un cuarto, cerró la puerta y se disparó con un arma que tenía en su casa. Fue trasladado para una intervención quirúrgica de emergencia en un hospital cercano, pero murió varias horas más tarde.

En noviembre del 2018, solicitó infructuosamente asilo en Uruguay, argumentando que era víctima de persecución política.

Cuando el papa Francisco se reunió con los obispos de Perú durante su visita en enero del 2018, él deploró el hecho de que casi todos los expresidentes de ese país encaran acusaciones de corrupción. La mayoría de los casos están vinculados a Odebrecht, la cual pagó sobornos o comisiones a funcionarios del gobierno y candidatos en varios países de Latinoamérica y África.

El expresidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) fue llevado al hospital el 10 de abril, justo días después de ser arrestado. El expresidente Ollanta Humala (2011-2016) y su esposa, Nadine Heredia, fue liberada en abril del 2018, después de nueve meses de detención preventiva. Una orden de detención está vigente para el expresidente Alejandro Toledo (2001-2006), quien está prófugo en Estados Unidos.

El expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) está pagando una sentencia de cárcel por corrupción y violaciones a los derechos humanos, mientras su hija, Keiko, está en prisión mientras la investigan por corrupción.

Antes de que García dejara la presidencia en 2011, Odebrecht le había donado a Perú una réplica de la famosa estatua de Cristo contemplando Río de Janeiro. Varios prelados peruanos, incluyendo al arzobispo Cabrejos, asistieron a la inauguración de la estatua.

En declaraciones a los periodistas el 17 de abril, el arzobispo Cabrejos sugirió que los funcionarios peruanos reconsideren la ley que permite que los sospechosos pasen a prisión preventiva de hasta 36 meses mientras están bajo investigación, subrayando que algunas personas afirman que es un tiempo demasiado largo.