Jóvenes del reino

María Reyes

«Todo lo puedo en aquel que me fortalece» (Fil. 4:13).

Esta cita familiar de san Pablo irónicamente es una de mis propias inspiraciones este año cuando reflexiono sobre mi experiencia como coordinadora de la Pastoral Juvenil. No puedo dejar de mirar hacia atrás al día que recibí las noticias que sería la persona de punto para la Pastoral Juvenil de la arquidiócesis. Fue como si Dios mismo, había tocado a mi puerta y yo le estaba contestado.

Este año ha sido una bendición para mí porque nunca en mi vida había imaginado encontrarme con tantas personas maravillosas cometidas al trabajo del ministerio hispano. Cuando uno está acostumbrado a trabajar, en mayor parte, en la parroquia, toda la energía está enfocada en formar discípulos de tipo local. Las luchas y las alegrías de la comunidad forman mayormente nuestras opiniones y sentimientos acerca de la comunidad de Iglesia. Sin embargo, cuando uno da un paso afuera de la realidad propia y ve la comunidad más grande de la Iglesia, las oportunidades para aprender y posibilidades crecientes son interminables.

El trabajar para las diócesis como coordinadora para la Pastoral Juvenil ha producido muchas nuevas experiencias y bendiciones. Pero con estas bendiciones también vienen desafíos. Uno de los desafíos más grandes quizás es lo que la descripción del puesto mismo exige de mí. «Debes ser el puente que una la comunidad hispana con la Iglesia en general» me dijeron. Eso incluye unas responsabilidades inmensas: animar nuestra juventud hispana, preparar a adultos jóvenes hispanos para liderazgo dentro de sus parroquias, y producir un conocimiento de las necesidades de nuestros hermanos y hermanas inmigrantes.

A veces siento que es una «tarea imposible».

Es mi gran fe en Dios lo que me permite comprender que este trabajo no es simplemente un trabajo ordinario sino una vocación extraordinaria – y que lo que se me ha pedido, aunque no es fácil, tampoco es imposible. Dios mismo estaría fortaleciendome, dando valor y proporcionándome las personas necesarias para perseverar en la Pastoral Juvenil.

Los jóvenes necesitan que se desarrollen programas sólidos y necesitan formación de liderazgo. Les pido la continuación de sus oraciones así como el compromiso de su tiempo y energía. Si usted se encuentra atraído a trabajar con juventud en cualquier capacidad, por favor llámeme a OYYA al (215) 965-4625.

Le doy gracias a Dios por permitirme esta oportunidad y le doy gracias a la Archidiócesis de Filadelfia por ver la importancia de esta pastoral.

María Reyes es coordinadora del Ministerio de Jóvenes y Adultos Jóvenes para OYYA en la Arquidiócesis de Filadelfia.