Por Lou Baldwin

Redacción CS&T

Tiene todas las implicaciones sociales de una fiesta debutante mezclado con el significado religioso de una confirmación o Bat Mitzvah. En las comunidades hispanas, la «quinceañera» puede ser un acontecimiento muy grande en la vida de una joven.

Si la familia es católica, el día de la fiesta de la quinceañera comenzará con una misa especial para la homenajeada, su familia e invitados. A pesar de que no es un sacramento en sí, la «quinceañera» tiene tal importancia en algunas culturas hispanas que en los EE.UU. la conferencia de obispos católicos ha publicado un libro acerca de la ceremonia. Muchos párrocos lo tratan como un momento de enseñanza y exigen que las jóvenes tomen clases semejantes a las de pre-Jordania y pre-Cana antes de que se celebre el rito.

A diferencia de una boda, la cual se celebra durante una temporada preferida, la «quinceañera» se celebra el sábado más cercano al cumpleaños de la chica.

La joven lleva un vestido blanco similar al de una novia, con una diadema en lugar de velo. Durante la ceremonia varios elementos simbólicos representan la nueva «mayoría de edad» de la joven, por ejemplo, el cambio de zapatos sin tacón al primer par de tacones altos.

«Para mí, la quinceañera es una experiencia religiosa. Le da a conocer a la chica que empieza a ser adulta y que tiene que asumir más responsabilidades», dijo Carlos Ortíz, quien con su esposa, Marinilde tiene negocio de comidas para bodas y «quinceañeras» en el norte de Filadelfia, cerca de la parroquia Santa Verónica.

Así como las bodas, las «quinceañeras» pueden ser un gran negocio. En este momento se calcula que en los EE.UU. la industria genera 400 millones de dólares – y sigue creciendo. A menudo las familias, incluso aquellas con escasos recursos, gastan miles de dólares para presentar con estilo a su hija.

Carlos, que trabaja en la Casa del Carmen, y Marinilde, que trabaja para la Escuela Sta. Verónica, no tienen restaurante ni manejan un salón comunitario, sino que llegan a cualquier salón o lugar que la familia elige, y cocinan un menú tradicional caribeño para el festejo.

«Generalmente hay 150 a 250 personas, pero pueden ser más», dijo Carlos.

La mayoría de las «quinceañeras» que él ve son relativamente modestas -típicamente $3.000 a $5.000 en total – pero aun así, es un costo mayor para las familias del barrio.

Las «quinceañeras» en otros barrios pueden ser mucho más costosas.

«La sobrina de mi cuñado tuvo una quinceañera que costó 12.000 dólares», dijo Carlos. En una «quinceañera» de ese tipo, la joven podría tener una corte compuesta de 15 muchachas en vestidos formales y 15 muchachos en tuxedos – uno por cada año de su vida.

Ortiz cita una «quinceañera» a la que asistió un amigo donde todos los jóvenes fueron vestidos como oficiales del ejército mexicano, con espadas cruzadas, bajo las cuales pasaron la joven y su escolta.

Marinilde tuvo su propia quinceañera en Puerto Rico hace 25 años. Carlos, quien era su novio en esos días, fue su escolta.

«Mi experiencia como quinceañera en Puerto Rico fue muy feliz-dijo Marinilde. Casi lo compararía con mi día de la boda, teniendo a todas mis amigas conmigo durante esta celebración del rito de paso».

El amor floreció y Carlos y Marinilde se casaron. Luego se trasladaron a Filadelfia y criaron dos niños; Karla Marie y Carlos Armando, en esta ciudad.

Hace cinco años, Karla tuvo su quinceañera en la iglesia Santa Verónica, oficiada por el padre Eduardo Coll, I.V.E.

«Mi fiesta quinceañera aquí en los Estados Unidos fue una fiesta tradicional de Puerto Rico. Los amigos y familia que me vieron crecer fueron una parte esencial de una celebración que no olvidaré nunca », dijo Karla.

Tampoco sus padres lo olvidarán.

«Fue después de la quinceañera de nuestra hija que comenzamos el negocio de catering», dijo Carlos.

Póngase en contacto con Carlos al (267) 294-3149 si está planificando una «quinceañera».

Lou Baldwin es miembro de la parroquia St. Leo y un escritor independiente.