Por Lou Baldwin
Redacción del CS&T
Los nombres pueden engañar.
Robert S. Nix no tiene ninguna ascendencia del norte de Europa de la cual él tenga conocimiento. Su familia es firmemente de herencia mexicana y él es un méxico-americano, nacido en Austin, Texas, con raíces en la ciudad fronteriza de Laredo. Su familia vino al este cuando su papá se matriculó en la Universidad Duquesne para obtener un doctorado en farmacia.
Sus padres, los primeros miembros de su familia con educación universitaria, eran también católicos incondicionales, y era el sueño personal de su madre que uno de sus hijos llegaría a ser el primer papa americano.
Los niños tienen sus propias ideas, y Nix, que ahora tiene 46 años de edad se rebeló contra sus devotos padres, como adolescente al fin, desapareciendo de la práctica activa de la fe.
Pero había, sin embargo, una veta de idealismo, y para asistir al colegio él regresó a su estado de nacimiento para estudiar ciencia ambiental en Texas Christian University. Después de una breve carrera en aquel campo, él vino a Filadelfia, donde continuó sus estudios de leyes en Temple University.
«Mi pasión es los niños y la justicia; me hice un abogado para ayudar a mi comunidad», dijo Nix.
En 1984 se casó con Erica Poirier. Ellos se instalaron en el área de Fox Chase de la ciudad, y comenzaron su familia de tres hijas, Allyson, Abigail y Anelise.
Aunque Erica no es católica, el nacimiento de sus niñas indujo a Nix a volver a pensar en su vida de fe. él volvió a la práctica activa del catolicismo. «Como una oveja perdida, quise ser lo que mis padres quisieron que yo fuera», dijo él.
Se registró en la parroquia San Hilario de Poitier en Rydal, donde sus hijas asisten a la escuela parroquial.
él y las niñas por lo general asisten el sábado a la misa de vigilia y luego van a Chick-Fil-A para pasar un buen rato. – para que las niñas no vean el ir a misa como una tarea como le pasó a él en su juventud.
«San. Hilario es una pequeña parroquia donde la gente se conoce. Me gusta ir a misa y ver otras familias traer a sus niños», dijo Nix.
él se envolvió en asuntos cívicos sobre todo dentro de la comunidad hispana y la Iglesia.
En la comunidad de Filadelfia, él preside la Police Advisory Commission (comisión consultiva) a menudo incomprendida. La comisión no es popular entre los policías porque esa comisión es conocida por investigar casos de presuntos abusos de autoridad, pero Rix argumenta que «Vigilar a la policía crea un aumento de confianza hacia la policía, en la comunidad minoritaria».
Es un abogado cuya práctica ha estado sobre todo en litigios civiles, también pertenece a la facultad del Manor College y de Philadelfia University y tiene su propia empresa de consultaría, Phoenix Strategies, LLC – el nombre es un juego de palabras de su propio nombre.
Este otoño pasado él corrió para el Senado Estatal por el Tercer Distrito Senatorial. Siendo un republicano en un distrito mayormente democrático, en un año de predominio de los demócratas, y corriendo contra un político establecido, sus posibilidades de ganar eran solamente un poquito, mejores que el sueño de su madre de que un hijo llegara a ser papa. él consiguió el doce por ciento del voto. «No tengo ningún modo de ir, más que hacia arriba» dijo él.
Lo importante para él es que corrió.
«Quiero ayudar a los hispanos a que se envuelvan políticamente -dijo él. Los hispanos son una población en crecimiento, y otras olas pasadas de inmigrantes estuvieron envueltas y consiguieron el sueño americano. Muchos hispanos recelan la política porque ellos vienen de países donde los políticos son corruptos. Quiero abrir puertas a los hispanos para que corran por los puestos, habilitarlos, y quiero darles un ejemplo a mis niñas».
En hacer esto Nix rechaza sacrificar creencias principales a favor de la conveniencia política.
«Amo mi fe católica y sus tradiciones. No transigiré en el aborto, creo realmente en el valor de la vida, y tengo que ser fiel a mis principios.
Quiero usar mis dones de Dios para ayudar a mi comunidad», dijo él.
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