El párroco dice que la parroquia está ‘viva’ gracias a los inmigrantes
Por Lou Baldwin
Redacción del CS&T
En cualquier domingo la iglesia Visitación BVM en Kensington tiene alrededor de 1.200 asistentes a misa. Es parroquia que prospera, pero ese término no tiene nada que ver con la riqueza monetaria. Sólo alrededor de una cuarta parte de los miembros adultos de su rebaño son estadounidenses de nacimiento, de acuerdo al padre redentorista Bruce Lewandowski, párroco de Visitación.
«Nuestra parroquia está viva a causa de los inmigrantes −dijo. Tenemos personas de 18 países diferentes, China, Haití, áfrica, Vietnam, pero la gran mayoría es de América Latina. Un buen número, o bien no entró en el país con la documentación apropiada o sobrepasó su visado de visitante. Ellos trabajan duro, pero no pueden avanzar porque carecen de los documentos necesarios para obtener empleo bien remunerado».
«Yo creo que es importante que nuestra Iglesia y parroquias los apoyen en sus dificultades y en los problemas causados por las leyes de inmigración en estos momentos en nuestro país». Padre Lewandowski, dijo. «Tenemos familias que viven aquí en este país sin ningún tipo de derechos. Ellos pagan impuestos y trabajan duro, pero no pueden ni siquiera visitar a sus familias en México, ni sus familias los pueden visitar a ellos.
En algunos casos, familias que vinieron a causa de dificultades económicas trajeron niños pequeños con ellos. Estos niños fueron a la escuela y se consideran estadounidenses, pero no pueden ir a la universidad porque necesitan documentos para obtener préstamos de estudiante.
«Ellos vinieron aquí como bebés en los brazos de sus madres. Ellos no tiene un número de Seguro Social, ellos no tienen credenciales de identificación. Hay jóvenes talentosos que trabajan lavando platos o en salones de belleza, y que trabajan duro, pero a ellos les encantaría poder asistir a la universidad −dijo el padre Lewandowski. Tenemos que hacer algo para que sean tan bienvenidos como sea posible. El reino de Dios está más allá de la política».
El 16 de febrero, Visitación celebró una vigilia de oración «para orar por la modificación del quebrantado sistema de inmigración» y llamar la atención sobre una marcha el 21 de marzo en Washington en apoyo de HR 3421, una propuesta de reforma migratoria comprensiva.
En medio de las oraciones, los cantos y las velas encendidas, lo más elocuente fue el testimonio en carne y hueso de las personas atrapadas en el limbo legal de la falta de documentación.
‘María’ ha estado en los EE.UU. por 13 años. Ella es una mujer de limpieza, y su marido es un cocinero. Gran parte de lo que ganan es enviado a casa para apoyar a familiares en México. Cuando su madre murió, ella no se atrevió a ir a casa para el funeral por temor a no regresar al país, lo mismo que ocurrió cuando dos tíos y una sobrina murieron.
‘Prisciliana’estaba allí con cuatro pequeños, Ernesto, Ashley, Leslie y Melissa. Todos ellos nacieron en los EE.UU., pero no ella ni su marido. Ella no trabajaba en la calle y él mantenía a la familia mediante su trabajo en una tienda de dólar, hasta que fue deportado un par de meses atrás.
Ella recibe alguna asistencia pública para los niños porque ellos son ciudadanos por nacimiento, pero no es suficiente. Le gustaría quedarse, pero puede ver cómo. Pronto se va a llevar a los niños a México, un lugar que nunca han visto
Muchos otros son explotados por empleadores sin escrúpulos, de acuerdo a Bethany Welch, directora ejecutiva de la cercana Casa Providencia, un programa de alcance social que ayuda a los inmigrantes.
«Tenemos personas que trabajan por varios días, entonces son despedidos y no les pagan nunca; si se quejan el empleador les dirá, “te voy a reportar a inmigración”, pero irónicamente, a él eso no le causó ningún problema a pesar de que fue quien los contrató.
Lo que a la parroquia le gustaría, dijo, son leyes ‘para hacer las cosas bien’. Si una persona está aquí sin documentación, debe haber una oportunidad para ellos hacer alguna restitución y luego encontrar una vía legal a la ciudadanía. »
En cuanto a la próxima marcha en Washington, «esperamos tener un autobús de 40 personas o más de la parroquia, para pedirles a nuestros líderes que apoyen una reforma comprensiva de inmigración» −dijo.
Lou Baldwin es un escritor independiente, y miembro de la parroquia San Leo.
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