Por Christie L. Chicoine
Redacción del CS&T

FILADELFIA – Con raras excepciones, las personas no han inmigrado, históricamente, a otros países por la aventura, sino para evitar condiciones intolerables en sus patrias.

No todos los que entran en los Estados Unidos vienen como terroristas, traficantes de droga o como aquellos que debilitarían los valores de la cultura americana.

Si no abrimos nuestros corazones y puertas a la práctica de justicia en Estados Unidos, no sólo fallamos en lo que la Estatua de Libertad simboliza, sino en aquella cruz de Jesucristo que murió por todos.

Esos estaban entre los temas que pasaron a primera plana en un foro de educación de inmigración el 5 de mayo en la iglesia San Juan el Evangelista en el centro de la ciudad.

«Si somos sinceros acerca de ser católicos, realmente no tenemos una opción en lo que concierne a la justicia social -tenemos una responsabilidad», dijo el monseñor Hugh J. Shields, vicario para católicos hispanos para la Arquidiócesis de Filadelfia.

«Si no aceptamos esa responsabilidad, no estamos cumpliendo con nuestro compromiso bautismal.»

El monseñor Shields era uno de cuatro oradores en un panel católico.

Los otros tres oradores eran el padre franciscano capuchino Thomas R. Betz, coordinador del apostolado chino para la Arquidiócesis de Filadelfia que es también un abogado especializado en la ley de inmigración y antiguo director de la Oficina para el Cuidado Pastoral de Migrantes y Refugiados de la Arquidiócesis; la hermana Mary Kay Flannery, S.S.J., coordinadora de la campaña Justicia para los Inmigrantes de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos cuya jurisdicción incluye Pensilvania y Nueva Jersey; y Janine Gibbons, representante en Filadelfia del Nuevo Movimiento Santuario, una coalición de inmigrantes, congregaciones e inspaniduos de diferentes denominaciones dedicados a tomar partido a favor de los derechos de los inmigrantes. Ella pertenece a la parroquia San Bernadette en Drexel Hill, Condado Delaware.

En cuanto a la posición de la Iglesia relacionada a la justicia social para inmigrantes, el padre Betz dijo: «Las persona que viven en una situación intolerable tienen un derecho humano de emigrar. Un país tiene derecho de regular sus fronteras, pero la regulación fronteriza tiene que ser humana».

«Eso significa, en la enseñanza social católica, que tenemos un deber de aceptar a la gente pobre en nuestro país de acuerdo a nuestra capacidad para hacerlo. Si nosotros realmente estuviéramos excediendo nuestra capacidad, no tendríamos ningún deber moral de acoger a esas personas, pero yo no creo que lo estemos (excediendo nuestra capacidad), él dijo. Yo también pienso que si tuviéramos un sistema dónde diéramos bastantes visas legales de modo que la gente estuviera en nuestro sistema… con ciertas protecciones y seguridades que los trabajadores típicos tienen en nuestra economía, nosotros no tendríamos esa devastación de nuestra estructura social».

La coordinación del foro de educación de inmigración fue clave. El 4 de mayo, el día antes de la reunión prevista del panel en la iglesia San Juan el Evangelista, el representante de Pensilvania Daryl Metcalfe (R Condado Buttler) introdujo un proyecto de ley HB 2479 -una «medida de aprensión al estilo Arizona» según el sitio Web Metcalfe- que, entre otras medidas, requeriría que el personal de aplicación de la ley intentara verificar el estado de inmigración de cualquier inmigrante que se sospeche es indocumentado.

La Conferencia Católica de Pensilvania (PCC por sus siglas en inglés), el brazo de asuntos públicos de los obispos y diócesis católicas de Pensilvania, está examinando la legislación.

«La Conferencia Católica de Pensilvania considera la inmigración como uno de los asuntos más importante, dijo Amy B. Hill, director de comunicaciones de la PCC. Nosotros lo vemos como una cuestión de justicia social que enfrentan nuestras comunidades. Los proyectos de ley que fueron presentados en la legislatura estatal recientemente abordan el tema desde diferentes perspectivas. PCC evaluará cuidadosamente esta legislación y la pesará contra la enseñanza de la Iglesia antes de tomar una posición pública.»