Hna. Ruth Bolarte, I.H.M.

En septiembre de 1968, el Congreso autorizó al presidente Lyndon B. Johnson que proclamara la Semana Nacional de la Herencia Hispana. Más tarde, en 1988, el festejo se extendió a un mes (del 15 de septiembre al 15 de octubre). Durante este tiempo los Estados Unidos celebra la cultura y las tradiciones de los residentes en este país con raíces en España. La razón por la cual se eligió la fecha del 15 de septiembre para iniciar esta celebración, fue que este día es el aniversario de la independencia de cinco países latinoamericanos: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Además, México y Chile festejan su independencia el 16 y el 18 de septiembre, respectivamente. Este año Chile y México conmemoran el bicentenario de su independencia. {{more}}

México está de doble fiesta ya que también celebra el centenario de la revolución Mexicana. Con motivo de estos grandes aniversarios, los Obispos del país han publicado la carta pastoral «Conmemorar nuestra historia desde la fe, para comprometernos hoy con nuestra Patria.» A través de la carta los Obispos «miran al pasado con gratitud, para vivir el presente con responsabilidad y proyectarse al futuro con esperanza.» En solidaridad con el pueblo mexicano, la Iglesia de México se compromete con acompañarlos en sus esfuerzos de ser protagonistas de un futuro con esperanza para todos. Con el propósito de animar esta reflexión, la Iglesia mexicana ha organizado varios eventos de oración y diálogo para agradecer el don de la libertad y continuar buscando la justicia para el país. Así bajo la luz de la fe, las personas pueden reconocer su identidad y vocación como hijos e hijas de Dios.

La Iglesia mexicana reconoce las faltas del pasado y mira al presente y futuro con esperanza aún en medio de las dificultades actuales. Juntos como pueblo de Dios reconocen la acción spanina a través de su historia. Y confiados en «La Patrona de la Libertad» continúan su camino «hacia su propio desarrollo, en colaboración fraterna con las demás naciones del Continente Americano y del mundo entero.»

Dios manifiesta su plan de salvación en nuestra historias-tanto en la de nuestros países como las nuestras. Como creyentes, descubrimos en los hechos de la historia el designio de Dios, aun en medio de las debilidades humanas y conflictos. Cada uno de nosotros tenemos nuestra propia «historia de salvación.» Solamente cuando abrazamos nuestro pasado es que podemos descubrir la fidelidad de nuestro Dios y poder seguir la voluntad spanina en el presente y el futuro. En esta historia algunos de nosotros hemos cruzado fronteras que jamás imaginamos-fronteras geográficas, académicas, profesionales, familiares…que nos han traído al momento actual de nuestras vidas. Tal vez en medio de nuestras innumerables actividades, no nos hemos dado el tiempo para detenernos y reconocer cómo Dios ha intervenido en nuestra historia y cómo hemos intervenido nosotros en las historias de otros. Al igual que el pueblo católico mexicano reflexiona y celebra su historia a la luz de la fe, estamos invitados a hacer lo mismo en nuestra historia de salvación aquí en los Estados Unidos. En todo momento dondequiera que nos encontremos Dios nos exhorta a ser protagonistas en la construcción del Reino de Dios-un reino de amor y justicia para todos.

La Hna. Ruth Bolarte, I.H.M., es directora del Instituto Católico para Evangelización en Filadelfia.