Presidente de USCCB reitera determinación de los obispos de actuar con firmeza contra clero que abuse de niños
WASHINGTON – El arzobipo Timothy Dolan de Nueva York, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB por siglas en inglés) reiteró la firme resolución de los obispos estadounidenses de actuar con firmeza contra miembros del clero que abusen de niños en un comunicado emitido a finales de marzo.
El arzobispo Dolan subrayó y reforzó los esfuerzos hechos tanto por los obispos como por el clero y los laicos para implementar el Estatuto para la Protección de Niños y Jóvenes, que fue elaborado por los obispos en 2002 para abordar la crisis del abuso sexual de menores por parte del clero. El arzobispo dijo que los abusadores de menores no serán tolerados en el ministerio.
«Permanecemos especialmente firmes en nuestro compromiso de retirar permanentemente del ministerio público a cualquier sacerdote que haya cometido tal ofensa intolerable», afirmó.
La declaración fue elaborada durante la reunión del Comité Administrativo de USCCB en Washington. El Comité Administrativo es el cuerpo episcopal de mayor rango cuando el plenario de obispos no está en sesión. El comité se reúne cada año en septiembre, marzo y noviembre.
El texto completo de la declaración se ofrece a continuación:
»A la luz de recientes revelaciones sobre la respuesta de la Iglesia frente al abuso de menores por parte de sacerdotes, mis hermanos obispos, reunidos recientemente en el Comité Administrativo de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, me han pedido que ofrezca unas palabras de tranquilidad y que reitere públicamente que este doloroso asunto continúa recibiendo nuestra atención cuidadosa, que la protección de nuestros niños y jóvenes sigue teniendo una altísima prioridad, y que el Estatuto para la Protección de Niños y Jóvenes que adoptamos en 2002 sigue totalmente en vigor.
»Durante los pasados nueve años hemos revisado constantemente las elevadas promesas y rigurosos mandatos del Estatuto, pues constantemente tratamos de hacerlo más y más efectivo. Gracias a las recomendaciones del Comité Nacional de Revisión (National Review Board), los padres católicos, profesionistas, la comunidad de víctimas-sobrevivientes, las autoridades policiales y nuestros coordinadores diocesanos de asistencia a las víctimas, seguimos refinando le eficiencia del Estatuto. Deseamos aprender de nuestros errores y damos la bienvenida a las críticas constructivas. De hecho, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos tiene programada desde hace mucho tiempo una revisión del Estatuto durante nuestra próxima reunión en junio.
»La llegada del mes de abril, Mes Nacional de Prevención del Abuso Infantil, nos proporciona una oportunidad providencial para unir a todos los estadounidenses en la determinación renovada de parar el flagelo del abuso sexual de los jóvenes en nuestra sociedad.
»Los obispos nos comprometemos de nuevo con los rigurosos mandatos del Estatuto y renovamos nuestra confianza en su efectividad. Repetimos lo que ya hemos dicho en el Estatuto: “Hacemos nuestras la palabras de su santidad, el papa Juan Pablo II que expresan que el abuso sexual de los jóvenes es ‘desde todos los puntos de vista… inmoral y, con razón, la sociedad lo considera un crimen; es también un pecado horrible a los ojos de Dios’ (Discurso en la Reunión Interdicasterial con los cardenales de Estados Unidos y oficiales de la Conferencia, 23 de abril de 2002). Permanecemos firmes especialmente en nuestro compromiso de retirar permanentemente del ministerio público a cualquier sacerdote que haya cometido tal ofensa intolerable.
»Las auditorías externas anuales por los expertos forenses continuarán, a fin de comprobar que permanecemos fieles al proceso establecido para proteger a nuestros jóvenes, promover la sanación de víctimas/sobrevivientes y restaurar la confianza. También damos las gracias a nuestros comités diocesanos de revisión, y a aquellos que coordinan nuestros extensivos programas de protección infantil y comprobación de referencias e historial criminal de todos los sacerdotes, diáconos, maestros, y de quienes trabajan o realizan voluntariados con en los numerosos apostolados con la gente joven.
»En resumen, el progreso realizado debe continuar y no puede descarrilarse; queremos fortalecerlo aún más; nunca podremos dejar de trabajar en ello, porque cada niño y cada joven debe estar siempre seguro y sentirse amado y cuidado en la Iglesia. Nos animan en esta resolución las palabras del papa Benedicto XVI a los obispos de los Estados Unidos durante su visita apostólica en 2008: ‘Es vuestra responsabilidad como pastores el curar las heridas causadas por cada ruptura de la confianza, procurar la sanación y promover la reconciliación y tender una mano de preocupación amorosa a quienes han sido dañados de forma tan seria’».
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