Moises Sandoval

Al llegar el mes de la herencia hispana, que empieza el 15 de Septiembre, la iglesia tiene mucho que celebrar. Históricamente, los españoles evangelizaron muchas de las tierras que hoy están en los Estados Unidos, extendiendo en un gran arco desde San Agustín, en la Florida, donde se celebró la primera misa en 1565, hasta los estrechos de San Juan en lo que hoy es el estado de Washington.

Única entre las mayores denominaciones cristianas en los Estados Unidos, la iglesia católica continúa creciendo y la mayor parte de ese aumento consiste de hispanos o latinos. No obstante, ese pueblo no siempre ha recibido buena bienvenida.

Cuando los Redentoristas fundaron la parroquia de San Gerardo en el este de San Antonio, en la primera parte de los 1900, ellos construyeron una linda iglesia en arquitectura de misión. Pero los feligreses anglos no admitieron a los mexicoamericanos. Para ellos se construyó una capilla en el barrio.

[hotblock]

Con el tiempo, los latinos en la parroquia aumentaron y mejoraron su capilla mientras que los anglos disminuyeron, muchos mudándose a los suburbios y otros dando vida a pocos hijos. Hacia el fin del siglo 20, los Redentoristas, viendo la disminución en la iglesia principal, propusieron cerrar la capilla y unir las dos comunidades en la iglesia principal, pero los latinos se opusieron totalmente.

La religiosa de Victory Noll Gregoria Ortega me pidió que escribiera algo apoyando la resistencia latina. Por alguna razón no pude cumplir y siempre quise saber cómo se resolvió el conflicto. Recientemente, llamé a un gran amigo, el Padre Virgilio Elizondo, y me comuniqué con el Hermano Ed Loch, el archivista de la arquidiócesis. Resulta que la capilla, Nuestra Señora del Auxilio Perpetuo, no sólo perduró sino que hoy es parroquia, sus edificios cubriendo casi toda una cuadra. Además, los latinos también se incorporaron a San Gerardo y hoy son la gran mayoría.

Si todavía no son la mayoría de los católicos en el país, los latinos pronto lo serán.

Según datos recientes, en la Arquidiócesis de Los Ángeles, la más grande en el país con 5 milliones de fieles, los latinos son el 70 porciento. En muchas otras diócesis, estrechando por todo el Suroeste hasta la Florida, los latinos ya eran mayoría. En buenos tiempos como en los malos, los latinos siguen siendo leales.

En el 2000, en una conferencia del movimiento Renovación Carismática Católica en New Jersey, conocí a un diácono permanente puertorriqueño y compartió que cuando su familia se asentó allí, no les permitían asistir la misa parroquial. Para ellos se celebraba en un gallinero. Pero no abandonaron la fe y el diácono anunció orgullosamente: “Hoy día oramos en la catedral”.

“Olas y más olas han pasado sobre el pueblo hispano, pero todavía están arraigados en el Suroeste como un bosque de árboles Joshua”, escribió el novelista D.H. Lawrence sobre los hispanos. “Ellos no son intrusos o inmigrantes sino un pueblo indígena”.

Hoy día eso se puede decir en relación a la nación entera, incluyendo a Alaska y Hawái.

En cuanto de su potencial, el fallecido novelista mexicano Carlos Fuentes escribió que los hispanos de Estados Unidos están excepcionalmente calificados por medio de su diversidad para recibir al “otro” en un tiempo de interdependencia global.