Father Gus Puleo

El presidente Obama en su más reciente medida política dio una insignificante victoria a aquellos que luchan por una reforma migratoria amplia de un grave «sistema roto». Con su nueva acción ejecutiva, el presidente simplemente ha aplazado la deportación para muchas familias y sus hijos y ha dado a estos inmigrantes documentos de trabajo por tres años.

Pero no ha resuelto los problemas más evidentes y serios que enfrentan los 12 millones de inmigrantes que viven en este país.

Su medida no aborda los problemas más serios de la residencia legal o ciudadanía en los Estados Unidos. Su solución de «Curitas» sólo afecta a unos 4 millones de inmigrantes de los 12 millones viviendo en las sombras en Estados Unidos de América. Por ejemplo, aquellas familias que tienen niños que fueron llevados a través de la frontera, los «soñadores», no son afectadas por esta acción a menos que sus padres tuvieran otros niños nacidos en los Estados Unidos después de su llegada.

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Esta pequeña victoria quizás es una medida hacia la reforma completa de la inmigración, pero no aborda las consecuencias más graves de las familias divididas y las vidas de los inmigrantes en Estados Unidos. De hecho, la acción ejecutiva puede ser rescindida cuando los funcionarios electos del Congreso tomen sus asientos el año que viene y cuando se elija a un nuevo presidente en el 2016.

Aunque acojo con satisfacción que la administración traiga un poco de alivio a los inmigrantes, apoyo el pronunciamiento del obispo Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle y presidente del Comité sobre Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos , que insta encarecidamente al presidente y al congreso a «trabajar juntos para promulgar reformas permanentes del sistema de inmigración de la nación por el bien de los intereses de la nación y de los migrantes que buscan refugio aquí».

El arzobispo Joseph E. Kurtz, de Louisville, presidente de USCCB, comentó sobre la acción ejecutiva del presidente y explicó sobre cómo «hay una necesidad pastoral urgente de una visión más humana de los inmigrantes».

Resulta interesante que el papa Francisco haya expresado en estos días cómo «en el encuentro con los migrantes, es importante adoptar una perspectiva integral, capaz de mejorar su potencial en lugar de ver sólo un problema que hay que resolver, que sean nuestros hermanos y hermanas bienvenidos, respetados y queridos».

En un discurso a los participantes, en la Conferencia del Cuidado Pastoral de los Migrantes, el santo papa destacó, «hoy a pesar de los nuevos desarrollos y el surgimiento de situaciones que son a veces incluso trágicas y dolorosas, la migración sigue siendo una aspiración a la esperanza.»

Una política de inmigración más global, justa y equitativa para todos —tanto los inmigrantes y ciudadanos americanos— se espera y se necesita.