Archbishop Charles J. Chaput

Archbishop Charles J. Chaput

«Si menos personas viven las normas del matrimonio, entonces menos personas cosecharán los beneficios de la institución del matrimonio –no sólo cónyuges, sino también hijos. Preservar la definición de hombre-mujer del matrimonio es la única manera de preservar los beneficios del matrimonio y evitar los riesgos sociales enormes que acompaña un régimen de matrimonio sin género. ¿Cómo puede la ley enseñar que los padres son esenciales, por ejemplo, cuando oficialmente lo ha hecho opcional?” –Ryan Anderson, Truth Overruled” (Verdad invalidada)

Dos memorias de este otoño permanecerán conmigo durante mucho tiempo.

La primera, obviamente, es el éxito de Encuentro Mundial de las Familias en septiembre. Los cientos de miles de personas que le dieron la bienvenida al Santo Padre a Filadelfia dieron a un testimonio entusiástico de la importancia de la vida familiar. La presencia del papa Francisco el fin de semana Francis llevó a personas a un encuentro emocional que –esperamos– ayudará a transformar nuestra región para mejor.

Mientras tanto, el Congreso que precedió a la visita papal duplicó la asistencia de cualquier previo, semejante, evento del Encuentro Mundial de la Familia. El Congreso tenía un propósito relacionado pero distinto de la presencia del Santo Padre. Las personas que asistieron de todas partes del mundo lo hicieron específicamente para aprender. El Congreso alimentó las mentes y los corazones con la sabiduría de la Iglesia en una amplia gama de sesiones sobre cuestiones prácticas de la familia y el matrimonio. Su éxito demostró cuán hambrienta está la gente de  herramientas para vivir, explicar y defender sus matrimonios cristianos y familias más fructíferamente.

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Mi segundo recuerdo es el Sínodo de los Obispos de octubre, donde me desempeñé como delegado. El Santo Padre alentó a un alto grado de franqueza entre los obispos asistentes. De esta manera, aseguró que un débil Instrumentum Laboris, documento de trabajo del Sínodo, se mejorara. Grupos de trabajo del Sínodo mejoraron el texto original, especialmente en su uso de la Escritura, su sensibilidad a la belleza y las necesidades de los niños y su apoyo para las familias cristianas saludables. La exhortación apostólica postsinodal del papa Francisco, que saldrá en las próximas semanas, probablemente reflejará este buen trabajo.

Aquí en casa, al prepararnos para el Domingo de la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo (22 de noviembre) y el final del año de la Iglesia, es un buen momento para reflexionar sobre esos dos eventos, el Encuentro Mundial de las Familias y el Sínodo de los Obispos –y fortalecernos con sus logros.

Necesitaremos esa fuerza para el trabajo futuro. Con toda su alegría, el 2015 también ha presenciado algunos de los peores ataques judiciales y políticos al matrimonio, la familia y la libertad religiosa en nuestra historia. El fallo de la Corte Suprema en el caso Obergefell v. Hodges, que impuso el «matrimonio» del mismo-sexo en la nación, es una obra maestra de razonamiento deshonesto con efectos amargos.

El papa Francisco ha predicado fuertemente sobre el matrimonio como el acto permanente de un hombre y una mujer con el fin de amor mutuo y la creación de niños. Permanencia, exclusividad, complementariedad sexual y los niños son esenciales para el significado del matrimonio.

Para Francisco, esto es una verdad escrita en la naturaleza de los seres humanos. Ninguna ley o tribunal puede cambiar eso, porque el hombre no inventa la verdad. Preexiste a la humanidad. La descubrimos a través de un espíritu de humildad. Así, la defensa de Francisco del matrimonio no es nostálgica ni reflexiva. Se basa en una pasión por la verdad –la verdad acerca de quiénes somos como criaturas y el propósito que Dios quiere para nosotros.

Una de las influencias claves en la mente del actual Santo Padre fue el teólogo Romano Guardini. En La fe y el hombre moderno, Guardini escribió:

«La mente de un hombre se enferma cuando abandona su control sobre la verdad –no por mentir, aunque miente a menudo, porque en ese caso puede repararse la lesión al espíritu con la  contrición y la renovación de buena voluntad, sino por una rebelión interna hacia la verdad. La verdadera enfermedad de la mente y el espíritu se establece cuando un hombre no aprecia la verdad sino que la desprecia, cuando él la utiliza como un medio para sus propios fines, cuando en las profundidades de su alma la verdad deja de ser para él lo principal, la preocupación más importante.»

Y eso me lleva hasta el punto final de mi columna de esta semana. La verdad importa. Vale la pena vivir y luchar por ella. Y sobre el tema del matrimonio, nadie dice la verdad con más energía, cortesía, inteligencia y habilidad que el autor y erudito Ryan Anderson.

En 2012, Anderson escribió (con Sherif Girgis) What is Marriage? Man and Woman: A Defense (¿Qué es el matrimonio? Hombre y mujer: una defensa) (Encounter Books). Su último libro – Truth Overruled: The Future of Marriage and Religious Freedom  (La verdad invalidada: el futuro del matrimonio y libertad religiosa) (Regnery) –describe los problemas de libertad religiosa que plantea cualquier redefinición del matrimonio. También va mucho más allá. La vida cotidiana en cualquier cultura es una ecología finamente equilibrada. Un lema como «igualdad del matrimonio» puede sonar simple e inocente. Sus partidarios pueden sentirlo y ser sinceros.

Pero bien intencionados o no, tiene consecuencias graves y perjudiciales para la ley, la libertad personal y la salud social; y demasiado a menudo, también carece de cualquier conexión con el espíritu de la verdad. Los razonamientos de Anderson acerca de las verdaderas víctimas de la redefinición del matrimonio y la familia –comenzando con el efecto sobre los niños– es especialmente preocupante. Su libro vale la pena leerlo y compartirlo con amigos.

Jesús dijo que nosotros sabremos la verdad, y la verdad nos hará libres (Jn 8:32). Sobre el matrimonio y la familia, cómo vivimos y trabajamos por la verdad en los próximos años darán forma a la nación que van a heredar nuestros hijos. El libro de Anderson nos invita a esa tarea.

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“Truth Overruled: The Future of Marriage and Religious Freedom” de Ryan Anderson es publicado por Regnery y está disponible en www.Amazon.com.