El mes pasado, en el Primer Domingo de Adviento (3 de diciembre), comenzamos la temporada de Adviento y Navidad. Fue un gran comienzo para el nuevo año de Iglesia, hecho doblemente hermoso por un servicio de Vísperas en una catedral llena que honró a nueve nuevos monseñores nombrados para nuestra Arquidiócesis por el papa Francisco. Filadelfia ha sido bendecida con sacerdotes dedicados; los nueve hombres honrados por su ministerio fueron reconocidos no sólo por su servicio excepcional, sino por la generosidad y el compromiso de todos nuestros sacerdotes.
En los próximos días cerramos la temporada de Navidad con la celebración de la Epifanía y el Bautismo del Señor (este año, enero 7 y 8 respectivamente). Es un buen momento para anunciar el grupo final de los honores papales más recientes de Filadelfia.
La Medalla Benemerenti, Cruz Pro Ecclesia et Pontifice y la Orden de San Gregorio Magno está entre los más altos honores que el Santo Padre puede otorgar a laicos, diáconos y religiosos. Mientras que cada reconocimiento tiene una historia distinta, vienen directamente del Santo Padre, y las diferencias entre ellos son mucho menos importantes que el significado único que comparten.
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Cada persona, reconocida por el papa ha realizado algún servicio excepcional para la Iglesia o ha ofrecido alguna forma de testimonio cristiano excepcional de una manera generosa y sostenida en: educación, filantropía, vida diaconal y religiosa, trabajos en favor de la vida o vocacionales, ministerios sociales y otros apostolados. Cada una ha ganado el agradecimiento del Santo Padre y de toda nuestra comunidad católica.
Pero más importante aún, cada una representa y lo recibe por los muchos miles de otros católicos comprometidos que sirven al Evangelio todos los días con la misma fidelidad y amor altruista. El discipulado cristiano no se trata de honores acumulados; a largo plazo, el único premio que realmente importa es la amistad de Dios. Pero estas expresiones especiales de alabanza papal y gratitud son momentos de gracia para todos nosotros, y están destinadas a ser una fuente de alegría para la Iglesia local en su totalidad.
El papa Francisco ha honrado a las siguientes personas:
Con la Medalla Benemerenti: Anne Healy Ayella, Dawn Chism, Chinh Dinh, John J. Donnelly, Marie Joseph, Sheila Longworth, Brian Ross McElwee y Damon Owens.
Con la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice: el diácono Manuel Beltrán, la hermana Maureen Crissy, RSM; Becky Español; Kevin Hughes; la hermana Patricia Kelly; el hermano MSBT Richard Emmet Kestler, FSC; el diácono José Lozada; Matthew McCloskey (nombrado previamente a la Orden de San Gregorio Magno); la hermana Ana Patricia Myers, SSJ; la hermana M. Edward William Quinn, IHM y Thomas W. Smith.
Con la Orden de San Gregorio Magno (caballero y dama): Scott Browning, Mary Anne y Arthur Burke, Anna y Gerald Davis, Patricia y Gary Holloway, Donna McCloskey y Joseph John Sweeney.
El significado de «epifanía» es manifestación, y la Solemnidad de la Epifanía conmemora la manifestación de Jesucristo al mundo a través de la adoración que los Reyes Magos le rindieron. En nuestros días, compartimos la tarea de manifestar a Jesucristo por el testimonio de nuestras palabras, nuestras acciones y nuestra vida entera; los hombres y las mujeres honrados por el Santo Padre lo han hecho de una manera poderosa, y su ejemplo nos invita a hacer lo mismo.
Los reconocimientos pontificios se otorgarán en un servicio especial de Vísperas en la Catedral Basílica de los Santos Pedro y Pablo en Filadelfia el domingo, 21 de enero a 16:00 Por favor, únanse a mí ahora y más adelante este mes para felicitar a los destinatarios, para darles las gracias por su testimonio, y compartir su alegría.
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