Los sobrevivientes del tiroteo de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida, que resultó en 17 muertes, han desatado un debate nacional sobre las leyes de control de armas.
En medio de la tragedia, los estudiantes tuvieron las fuerzas para abogar por regulaciones de armas más estrictas y pedirles a los políticos y las empresas que actúen para evitar asesinatos sin sentido.
Hace apenas unas semanas, estos jóvenes activistas tenían preocupaciones típicas de adolescentes de su edad. Pero eso cambió el 14 de febrero, cuando un joven de 19 años, quien había sido expulsado de esa escuela, entró a la secundaria y disparó a tantas personas como pudo.
“No podemos permitir que las muertes de personas inocentes sean en vano”, dijo la estudiante de primer año de secundaria Christine Yared, de 15 años. “Necesitamos trabajar juntos más allá de los partidos políticos para asegurarnos de que esto nunca vuelva a ocurrir”.
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Es admirable que los afligidos activistas encontraron la fuerza para llamar a abogar por escuelas más seguras — mientras asisten a los funerales de sus compañeros y maestros y se enfrentan a las consecuencias de un evento tan traumático. Pero el que necesitaron hacer esto es una llamada de atención para nosotros.
Alfonso Calderón, de 16 años, quien estaba entre docenas encerrados en un armario durante horas temiendo por su vida, fue a la capital del estado para dirigirse a los legisladores. Él defendió a los estudiantes contra los críticos que decían que eran demasiado jóvenes para entender de política.
“Entiendo lo que es mandarles un mensaje de texto a mis padres, ‘Adiós, quizás nunca vuelva a verte. Los amo ‘”, dijo en un discurso. “No seremos silenciados. Esta situación a durado lo suficiente”.
Muchos de estos adolescentes tenían 11 o 12 años durante la masacre en la escuela Sandy Hook en 2012, y la educación de esta generación incluye simulacros de seguridad en caso de un tiroteo. Ellos saben cómo la violencia armada afecta a los jóvenes en los Estados Unidos.
La raíz del llamado de los estudiantes para prevenir la violencia armada es el saber que ningún niño — en ningún lugar — debe vivir con el temor de un tiroteo en su escuela o en su comunidad.
Los sobrevivientes de Parkland le recuerdan a otros adolescentes que sus voces pueden ser escuchadas. También desafían a los adultos que están tan acostumbrados a que nada cambie que han dejado de exigir un cambio.
“El llamado para cada uno de nosotros no es cómo respondemos hoy”, escribieron las Hermanas de la Misericordia en un comunicado, expresando dolor e indignación tras la matanza de Parkland. “Es en la forma en que seguiremos trabajando por el cambio estructural y cultural en un país y una sociedad que se mueve demasiado rápido hacia la violencia … y donde las armas de asalto militar son demasiado accesibles”.
“Oremos para que además de ayudar a las víctimas y sus familias a recuperarse de esta tragedia inimaginable, Dios llene tu corazón del coraje para ponerse de pie y combatir este problema”, dijo el obispo Edward C. Malesic de Greensburg, Pennsylvania.
“Ya sea abogando por mejores servicios de salud mental, trabajando para ayudar a terminar con la intimidación en nuestras escuelas, respondiendo a las necesidades de niños y jóvenes para que no vean un tiroteo como una solución a sus problemas, trabajando para promover el respeto de por vida, y, sí, abogando por leyes de armas de sentido común”, él dijo.
Estos sobrevivientes rechazan la idea de que son impotentes frente a las circunstancias. Piden verificaciones universales de antecedentes para aquellos que buscan comprar armas y la prohibición de armas de asalto como las que se usaron en los tiroteos de Las Vegas, Orlando, Sutherland Springs, Aurora, Sandy Hook y, más recientemente, en su escuela.
“Le pedimos a todos los adultos en el Congreso elegidos para representarnos, que aprueben legislación que proteja y salve a los niños de la violencia armada”, dijeron los estudiantes en el sitio web de “March For Our Lives”, una manifestación cívica en Washington programada para marzo 24. Según el sitio, más de 400 marchas hermanas tendrán lugar en todo el mundo.
Antes de que las clases se reanudaran, una sobreviviente tuiteó una cita de Marjory Stoneman Douglas, la activista por la conservación ambiental y el derecho al voto que inspiró el nombre de su escuela: “Haz tu parte para informar y estimular al público a unirse a tu acción. … Puedes estar deprimido, desanimado y decepcionado por el fracaso y los efectos desalentadores de la ignorancia, la codicia, la corrupción y la mala política, pero nunca te des por vencido”.
Estos jóvenes supervivientes, como muchos otros antes que ellos, están haciendo más que su parte. Es nuestro turno de apoyarlos y no darnos por vencidos al tratar de proteger a los jóvenes.
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