ROMA (CNS) — El borrador de la constitución apostólica para la reforma y gobierno de la Curia Romana, se prevé que enfatice el mandato misionero de la iglesia al crear un “súper-dicasterio” que fusionará dos oficinas dedicadas a la evangelización.

“El aspecto principal de la nueva constitución apostólica es que la misión de la iglesia es la evangelización. Así la pone en el centro de la iglesia y de todo lo que hace la curia”, dijo el cardenal Oswald Gracias de Bombay, India, a Vida Nueva, un semanario en español que informa sobre la Iglesia Católica.

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Los cardenales Gracias y Oscar Rodríguez Maradiaga de Tegucigalpa, Honduras, ambos miembros del Consejo de Cardenales que asesora al Papa Francisco, le informaron a la publicación sobre el borrador final de las reformas que el consejo aprobó en su reunión previa a principios de abril. Vida Nueva le facilitó a Catholic News Service una copia por adelantado del artículo en español, el cual ha de ser publicado el 27 de abril.

El título provisional de la nueva constitución, “Evangelio Predicador” (“Predicar el Evangelio”), “denota que la evangelización es la meta número uno, por encima de todo”, dijo el cardenal Gracias a Vida Nueva.

“El papa Francisco siempre hace énfasis en que la iglesia es misionera”, dijo el cardenal Rodríguez Maradiaga, razón por la cual el nuevo dicasterio reemplazará a la Congregación para la Doctrina de la Fe en importancia.

El nuevo Dicasterio para la Evangelización va a fusionar la actual Congregación para la Evangelización de los Pueblos, la cual coordina las actividades misioneras de la iglesia, y el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, el cual tiene como objetivo promover la renovación de la fe en países en los cuales la vitalidad cristiana está disminuyendo.

Según el cardenal, habrá otros cambios principales que incluyen lo siguiente: la fusión del Consejo Pontificio para la Cultura con la Congregación para la Educación Católica; la transformación de la actual oficina del Limosnero de Su Santidad, la cual se encarga de coordinar las obras de caridad del papa Francisco, en un Dicasterio para la Caridad; y conceder una mayor autoridad a la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores.

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El cardenal Gracias dijo que era importante que la comisión papal siga siendo independiente de la Curia Romana a fin de mantener su credibilidad; sin embargo, “si no eres parte de la curia, no tienes poder sobre ella”.

Agregó que “es necesario encontrar un equilibrio entre credibilidad y efectividad” para la comisión, cuya misión ha sido asesorar al papa y ayudar a las iglesias locales a comprender y hacer uso de mejores procedimientos en cuanto a salvaguardar a los menores del abuso.

Un enfoque principal de la constitución es crear un cambio de mentalidad y en cuanto a la relación entre la Santa Sede y las iglesias locales, representadas por los obispos del mundo –dijo el cardenal Rodríguez Maradiaga.

La constitución ubica los dicasterios del Vaticano al servicio tanto del papa como de los obispos, quienes son los “sucesores de los apóstoles” y “no están en una posición eclesiológica inferior a los que sirven en la Curia Romana”, señalo el cardenal hondureño.

El cardenal Gracias agregó que “el papa busca que prevalezca una mentalidad de servicio y que la curia también esté disponible directamente para los obispos” a fin de ayudarlos. Las diversas oficinas del Vaticano, por consiguiente, se supone que no estén ubicadas entre los obispos y el papa ni que sean solo “una herramienta” que el papa usa para “supervisar” a los obispos; la curia se supone que esté al servicio de ambos, tanto de los obispos como del Papa –dijo el cardenal indio.

La constitución también incluirá reformas que ya han entrado en efecto, como la creación del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, el Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral y el Dicasterio para las Comunicaciones.

El cardenal Rodríguez Maradiaga afirmó que las nuevas oficinas y las próximas reformas no solo modernizan la curia, sino también “enfatizan la importancia de los laicos en la iglesia y para la iglesia” al brindar la posibilidad de que un laico encabece un dicasterio. Tradicionalmente, las congregaciones tienen un cardenal como prefecto y los consejos pontificios han tenido un cardenal o un arzobispo como presidente.

El prólogo de la constitución hará énfasis en el rol misionero de todos los hombres y mujeres bautizados, no solamente de aquellos que han sido ordenados o consagrados –agregó el cardenal hondureño.

El borrador ha sido enviado a los dicasterios de la Curia Romana, los líderes de las conferencias episcopales del mundo, los sínodos de las iglesias católicas orientales, las conferencias de superiores generales de congregaciones de religiosos y religiosas, también a algunas universidades pontificias para que lo analicen y sugieran mejoras.

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Los dos cardenales dijeron que no esperaban que surjan cambios sustanciales en la fase consultiva, ya que el proceso de un quinquenio para elaborar el borrador de la constitución incluyó un compendio de ideas y preocupaciones de las iglesias locales y las diversas oficinas del Vaticano.

Se espera que cada “evaluación general” sea entregada antes del final de mayo –a tiempo para que el Consejo de Cardenales de seis integrantes estudie las sugerencias y tenga listo un borrador enmendado para dárselo al papa para que lo firme el 29 de junio, la fiesta de san Pedro y san Pablo–. Si las sugerencias no llegan a tiempo, lo más probable es que la publicación de la constitución sea aplazada hasta después del verano –según los cardenales.

La constitución apostólica reemplazará a la constitución para la reforma de la curia de 1988 de san Juan Pablo II, llamada “Buen Pastor”.

La nueva constitución no va a ser un mero “cambio cosmético sino promoverá el cambio de mentalidad que ya ha empezado”, dijo el cardenal Gracias.

“La Curia Romana nunca más será la misma”, agregó el cardenal Rodríguez Maradiaga.

El Consejo de Cardenales ha estado asesorando al papa en cuanto a la reforma de la curia y el gobierno de la iglesia en general desde que el papa Francisco creó este organismo inmediatamente después de su elección en 2013.

El consejo actualmente tiene seis miembros: los cardenales Rodríguez Maradiaga; Gracias; Pietro Parolin, secretario de estado del Vaticano; Sean P. O’Malley de Boston; Reinhard Marx de Múnich y Frisinga, Alemania; y Giuseppe Bertello, presidente de la comisión que gobierna el Estado de la Ciudad del Vaticano.