Fray Manuel Avilés, O.F.M.Cap. del Centro Capuchino en San Juan, Puerto Rico fue el predicador en un retiro juvenil organizado de la Oficina para Católicos Hispanos de la Arquidiócesis de Fildadelfia, el 22 de junio, 2019 en la parroquia Santos Inocentes. (Fray Manuel Avilés / Instagram)

En el 22 de junio, la Oficina para Católicos Hispanos de la Arquidiócesis de Fildadelfia organizó un retiro juvenil en la parroquia Santos Inocentes en Filadelfia.

CatholicPhilly.com le preguntó al Fray Manuel Avilés, O.F.M.Cap. (Centro Capuchino en San Juan, Puerto Rico), el predicador de este retiro, a compartir sus reflexiónes sobre los desafíos que enfrentan nuestros jovenes hoy.

Qué es el mayor desafío para nuestros jovenes para encontrar a Dios y cultivar la amistad con Él en nuestra sociedad?

Cada tiempo tiene sus propios desafíos. Nuestros padres tuvieron los suyos, por tanto, sus hijos siguen y seguirán experimentando nuevos desafíos. Sin embargo, hoy en día, uno de los desafíos más grandes de nuestros jóvenes es el uso de la tecnología. Los jóvenes, hoy, tienen tanto en sus manos que se les olvida tomar a Dios para que camine con ellos. Siempre queremos que las cosas se den a nuestro tiempo y nos cuesta esperar el tiempo de Dios.

La tecnología es un gran medio y la necesitamos, pero sí creamos una dependcia absoluta de ella, perdemos nuestra dependencia de Dios. Si pasamos demasiado tiempo en el teléfono o en la computadora se nos olvida como socializar y hablar con Dios.

¿Hay unos desafíos específicos a este respecto para los jovenes latinos de los Estados Unidos?

Para el joven latino, el desafío más grande es su condición migratoria y económica. Migratoria, porque casi siempre la mayoría de los jóvenes se sienten como ciudadanos de segunda clase. Generalmente, muchas puertas se les cierran por ser latinos o por no hablar inglés.

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En el ámbito económico, el reto es más grande porque el joven latino no tiene las mismas oportunidades de educación que los demás, y debido a la situación actual de Estados Unidos, muchos jóvenes han tenido que privarse de continuar con sus estudios superiores.

¿Cómo puede la Iglesia ayudar más eficazmente a los jovenes para encontrar a Dios – por ejemplo, con eventos sociales, la Misa y los sacramentos, o simplemente eschucarlos a ellos?

El trabajo de la iglesia es sencillo pero más valioso que cualquier educación, estado migratorio o económico que la sociedad les pueda proveer.

La iglesia necesita fomentar en nuestros jóvenes un ambiente de formación personal y espiritual. Primero, necesitamos más retiros de jóvenes para que ellos descubran su mayor potencial. Segundo, necesitamos más misas en español donde nuestros jóvenes puedan servir y sentirse parte de iglesia de una manera activa y no solo auditiva, y por último, es importante que la iglesia defienda los derechos migratorios de nuestros jóvenes.