Mayo 28, 2020
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
En unos pocos días celebraremos la gran Solemnidad de Pentecostés, el cierre del Tiempo Pascual. En realidad, Pentecostés es más acerca de una apertura, la apertura de cada miembro de la Iglesia a un nuevo derramamiento del Espíritu Santo en nuestro medio. En el primer Pentecostés el Espíritu Santo dio a luz a la presencia real del Señor Resucitado en su Palabra, en los sacramentos, y en la misión de cada cristiano. Pentecostés este año promete lo mismo para nosotros aquí en la Arquidiócesis de Filadelfia. Según comenzamos a salir cuidadosamente del aislamiento causado por la pandemia COVID-19 y de nuevo de manera segura nos reunimos como Iglesia con Nuestro Señor Resucitado, estamos llamados a estar abiertos al mismo Espíritu Santo que reside en el corazón de todos los que creen.
Tengo esperanza al regresar gradualmente a nuestro estilo de vida católico, de que lo podemos hacer como una comunidad católica más fuerte y vibrante. El primer paso es que yo personalmente les diga que es Tiempo de regresar a casa. Eso hace eco de una llamada e invitación que les hice a todos en la región de Filadelfia el día de mi instalación como su nuevo arzobispo. Regresen a casa a escuchar la Palabra salvífica del Señor. Regresen a casa para estar con Él en el altar para su Sacrificio redentor. Regresen a casa para verlo en todo lo que se cruza en su camino. Para algunos de ustedes este regresar es tan simple como tomar un asiento en su parroquia; para otros que han practicado su fe en ocasiones, este regreso a casa es un nuevo compromiso a ser más fieles siguiendo al Señor; para algunos otros, que se han puesto en contacto de nuevo con la Iglesia a través del culto virtual durante la pandemia, este regreso a casa puede ser un paso mayor y estamos listos para darles la bienvenida. ¡Es hora de que todos Regresen a casa, renovados por el Espíritu Santo!
Estoy muy agradecido con todos nuestros sacerdotes quienes han servido tan consistentemente durante las semanas de pandemia para pastorear a sus feligreses durante este tiempo sin precedentes en nuestras vidas. Agradezco a todos los fieles que se aferraron a vivir su fe de modos creativos, especialmente sin la posibilidad de participar en la misa. Al abrir nuestras iglesias para la celebración de la Eucaristía y los sacramentos durante la primera semana de junio, me llena de gozo y esperanza verlos de nuevo reunidos alrededor del altar. El Espíritu Santo desea darnos nueva vida a todos nosotros, su comunidad de discípulos misioneros. Respondamos unidos con una fe más profunda y un corazón regocijado. Respondamos con la voluntad de expresar esta fe en nuestras vidas y a compartirla con aquellos que el Señor ha puesto alrededor de nosotros. Les aseguro que oraré por ustedes y confío en que ustedes orarán por mí.
Sinceramente en Cristo,
Reverendísimo Nelson J. Pérez, D.D.
Arzobispo de Filadelfia
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Los fieles de la Arquidiócesis de Filadelfia continúan siendo dispensados de la obligación de asistir a misa los domingos y días santos de obligación hasta nuevo aviso. Los fieles también son dispensados este año de su deber de Pascua, es decir, de recibir la Sagrada Comunión durante el tiempo de Pascua en estado de gracia.
Para obtener información adicional y recursos para ayudar con la reintegración en la vida parroquial, por favor visite el sitio de Levántate: Restaurando la vida católica después de la pandemia en http://archphila.org/arise/.
Vea la carta pastoral completa aquí.
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