Hoy, nos unimos a otros a través de la nación para conmemorar la vida y el ministerio del reverendo Dr. Martin Luther King, Jr. Este año, quizás más que nunca, todos necesitamos reflexionar profundamente sobre su mensaje de la busca pacífica pero persistente de la igualdad racial y la justicia para todos; mi sincera esperanza es que esto nos llevará a imitar su ejemplo a través de acciones de amor.
A pesar de los muchos prometedores avances a lo largo de los años, los acontecimientos que se desarrollaron en todo el país en el 2020 son un claro recordatorio de que el maligno pecado del racismo todavía infecta los corazones de las personas. Como hombre que predicó el Evangelio de Jesucristo, el Dr. King creía que el racismo podía ser derrotado por el amor activo y la luz de la fe.
Él entendió y compartió con nosotros que el amor puro en la imitación de Dios, el Padre, es la fuerza más poderosa del mundo; esa fuerza vive en lo profundo de cada uno de nosotros. Dios plantó la semilla del amor en nuestros corazones en la concepción; es un regalo que trasciende el color de la piel y todos los demás rasgos que nos hacen diferentes. El amor de Dios es lo que nos une como familia humana. Cuando lo compartimos libremente, superaremos la oscuridad del pecado
Creo firmemente que podemos honrar mejor el trabajo y el legado del Doctor King a través de la acción; por lo tanto, me complace anunciar que decidí formar una Comisión de Sanación Racial en nuestra Arquidiócesis
Esta nueva iniciativa es ante todo una respuesta al Evangelio de Jesucristo y su mandamiento de amarnos los unos a los otros; también es una respuesta directa a la división racial en nuestra nación, que tristemente se ha ampliado en los últimos meses. Esta Comisión recuerda una formada por mi predecesor, John Cardinal Krol, durante las turbulencias de la década de 1960 y se basa en la tradición de la Iglesia como agente de respeto a la dignidad humana
La Comisión reunirá a un grupo diverso que contiene católicos de ciudades y parroquias suburbanas que son blancos y negros, asiáticos y latinos; ellos representan los muchos rostros de nuestra familia arquidiocesana. Se encontrarán como hermanas y hermanos con respeto y amor. A través de este encuentro, todos nosotros seremos conducidos a la acción al procurar vivir el Evangelio y erradicar el pecado del racismo.
En su más reciente carta encíclica, Fratelli Tutti, el papa Francisco escribe: «¡Qué bonito sería que a medida que descubrimos nuevos planetas lejanos, volviéramos a descubrir las necesidades del hermano o de la hermana en órbita alrededor de mí!» (FT, 31). Éste es el desafío del papa Francisco, el desafío de Martin Luther King y lo más importante, el mandato de Jesucristo.
Les pido que oren conmigo para que el trabajo de esta Comisión dé muchos frutos. Hagamos lo que Martin Luther King nos desafió a hacer: construir una comunidad amada mientras avanzamos con el don de la esperanza. En este día y todos los días, escuchemos la voz del Dr. King; compartamos su sueño. Con la gracia de Dios, hagámoslo una realidad.
+ Reverendísimo Nelson J. Pérez
Arzobispo de Filadelfia
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El arzobispo Pérez ha nombrado a las siguientes personas para servir en la Comisión de Sanación Racial:
- Señor James Andrews, parroquia San Martín de Porres (Norte de Filadelfia)
- Rebecca Cherico, parroquia Santa Helena (Blue Bell)
- Velma Clark, parroquia Nuestra Señora de la Caridad (Brookhaven)
- Honorable Lucretia Clemons, parroquia San Raimundo de Peñafort (Filadelfia)
- Reverendo Keith Chylinski, Seminario San Carlos Borromeo (Wynnewood)
- Gerry Davis, parroquia San Isaac Jogues (Wayne)
- Hermana Jocelyn Edathil, SIC, iglesia católica San Judas Syro-Malankara (Filadelfia)
- Udochi Ekwerike, parroquia San Cipriano (Filadelfia)
- Señor. José Figueroa, parroquia San Martín de Tours (Filadelfia)
- Alana Lee, parroquia Santo Tomás de Aquino (Filadelfia)
- Angela Lewis, parroquia Santa Eleanor (Collegeville)
- Grace Maguire, parroquia Santa Catalina de Siena (Wayne)
- Marcelle McGuirk, Catedral Basílica de la parroquia Santos Pedro y Pablo (Filadelfia)
- Señor Patrick McKenzie, parroquia San Pablo (Filadelfia)
- Señor Lorenzo Umstead, parroquia San Ignacio de Loyola (Filadelfia)
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