CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — La comunicación debe acercar a las personas, dar voz a los que no tienen, centrar su atención a lo que se ignora, y mostrar que es posible tener una diversidad de puntos de vista arraigada en la verdad, expresó el papa Francisco.

“La comunión nunca es uniformidad, sino la capacidad de mantener juntas realidades muy diferentes”, manifestó el papa a los empleados y miembros del Dicasterio para la Comunicación durante una audiencia en el Vaticano el 12 de noviembre.

“La comunicación también debe hacer posible la diversidad de opiniones, procurando siempre preservar la unidad y la verdad, combatiendo la calumnia, la violencia verbal, el personalismo (culto a la personalidad), y el fundamentalismo que, bajo el pretexto de ser fiel a la verdad, sólo propaga la división y la discordia”, escribió en sus comentarios preparados.

“Si sucumbe a estas degeneraciones, la comunicación, en lugar de hacer mucho bien, termina haciendo mucho mal”, agregó.

El texto del Santo Padre fue entregado a los que asistieron a la asamblea plenaria del dicasterio, que estuvo dedicada al tema de la sinodalidad y la comunicación.

Uno de los muchos desafíos de la comunicación, escribió, es estar preparado para el intenso esfuerzo que se requiere para comunicarse de manera efectiva en un mundo que a menudo no comprende o se muestra reacio a comprender.

Incluso Jesús y su palabra a menudo fueron malinterpretados, lo que a veces llevó a “verdaderas tragedias, como le sucedió a Judas Iscariote, quien confundió la misión de Cristo con un mesianismo político”, escribió el Sumo Pontífice.

Por lo tanto, dijo, quienes están en el campo de la comunicación deben ser conscientes del difícil trabajo que les espera.

“Muy a menudo, aquellos que miran la iglesia desde el exterior se sienten desconcertados por las diferentes tensiones en ella”, escribió. “Pero los que conocen la forma en que actúa el Espíritu Santo saben bien que a él le gusta hacer comunión de la diversidad y crear armonía de la confusión”.

La comunión implica mantener juntas “realidades muy diferentes”, escribió, sin la pretensión de tratar de resolver u ocultar las diferencias. “Disentir no es necesariamente una actitud de ruptura, pero puede ser uno de los ingredientes de la comunión”.

“La primera tarea de la comunicación debe ser hacer que las personas se sientan menos solas”, ya que debe ser un oficio que cree lazos que unan a las personas o las comunidades, escribió. Debe “fomentar la cercanía, dar voz a los excluidos, llamar la atención sobre lo que normalmente descartamos e ignoramos” para que desde estas relaciones y diálogos “resuene y se escuche la voz de Dios”.

Toda verdadera comunicación surge de poder escuchar sinceramente y de los encuentros genuinos que revelan “los grandes interrogantes de los hombres y mujeres de hoy”, escribió. “Si no sabemos cómo estar (sumergidos) en la vida real, solo estaremos dando instrucciones desde arriba que nadie escuchará”.

Estar inmerso en la realidad incluye dar voz a los que no tienen voz, agregó. Muy a menudo, los departamentos de comunicación pueden “marginar y censurar lo que es incómodo y lo que no queremos ver”.

Sin embargo, la iglesia, “gracias al Espíritu Santo, sabe que es su tarea estar con los últimos” y con los que viven en los márgenes “por ciertas elecciones o fracasos familiares o por hechos personales que han marcado indeleblemente su pasado”, escribió.

“Jesús nunca tuvo miedo del leproso, del pobre, del extranjero, incluso si estas personas estaban marcadas por un estigma moral”, y nunca dio la espalda a aquellos que “no estaban en conformidad” con las reglas o tradiciones vigentes, el papa escribió.

Preguntó si “nosotros como iglesia sabemos dar voz también a estos hermanos y hermanas, si sabemos escucharlos, si sabemos discernir junto con ellos la voluntad de Dios y, por tanto, ofrecerles la Palabra que salva”.

Durante la audiencia papal, el Sumo Pontífice optó por distribuir su extenso texto y hablar informalmente con sus invitados, transmitiendo puntos similares a los de su mensaje escrito y agradeciendo y elogiando personalmente a algunos de los periodistas presentes.

Trabajar en el campo de la comunicación requiere siempre caminar hacia afuera y arriesgarse, “dar mi vida con mis valores: valores cristianos y humanos”, les dijo.

“¡No tengas miedo! Arriésgate a encontrar al otro a través de la comunicación”, dijo.