Una madre en Negombo, Sri Lanka, llora por su hija, quien murió en las explosiones en Pascua, durante un velorio el 22 de abril del 2019. Las autoridades de Sri Lanka confirmaron 290 muertos en los ocho ataques a iglesias y hoteles en tres ciudades el día previo. (Foto CNS-Athit Perawongmetha, Reuters)

BANGKOK (CNS) — El gobierno de Sri Lanka responsabilizó al grupo islámico desconocido Organización Nacional de Monoteísmo (National Thowheeth Jama’ath) de los ataques suicidas del Domingo de Pascua, dirigidos a tres iglesias y tres lujosos hoteles por todo el país.

Las autoridades mencionaron el grupo el 22 de abril a la vez que informaron que 24 personas han sido arrestadas en conexión con las ocho bombas que dejaron por lo menos 300 muertos y más de 500 heridos.

Estos ataques son considerados los más sangrientos que el país ha vivido desde la guerra civil de 26 años que terminó en 2009.

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Dos iglesias católicas — la Basílica de San Antonio en Colombo y la Iglesia de San Sebastián en Negombo — al igual que una iglesia evangélica en Batticaloa, fueron blanco durante los servicios religiosos del Domingo de Pascua. Igualmente fueron atacados los hoteles Shangri-La, Kingsbury y Cinnamon Grand en Colombo.

“No creemos que estos ataques fueron perpetrados por un grupo de individuos solo limitado a este país”, dijo el 22 de abril el ministro de salud Rajitha Senaratne. “Hubo una red internacional detrás, sin la cual estos ataques no habrían tenido éxito”.

La mayoría de los muertos y heridos son de Sri Lanka, muchos de ellos estaban presentes en los servicios religiosos. El gobierno dijo que entre los fallecidos había por lo menos 39 extranjeros originarios de Estados Unidos, Reino Unido, India, China, Japón, Australia, Turquía y otros países europeos.

En las fotos de las explosiones en las iglesias, pueden verse las paredes salpicadas de sangre, vidrios rotos y estatuas derribadas.

Los cristianos constituyen cerca del 6%, aproximadamente millón y medio de personas, de la población de 22 millones de Sri Lanka, según el censo del 2012 de ese país. Un 85% de los cristianos son católicos. La mayoría de la población, un 70.2%, es budista; mientras los musulmanes constituyen el 9.6% y los hindúes el 12.6% de la población.

El papa Francisco aprovechó su Misa del Domingo de Resurrección en la Basílica de San Pedro en el Vaticano para expresar su “afectuosa cercanía a la comunidad cristiana, que fue afectada mientras estaba reunida en oración, y a todas las víctimas de tan cruel violencia”.

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“Encomiendo al Señor a todos aquellos que murieron trágicamente y rezo por los heridos y todos los que están sufriendo a raíz de este dramático suceso”, dijo expresando su afecto a la comunidad cristiana de Sri Lanka.

El cardenal Malcom Ranjith de Colombo visitó la Iglesia de San Sebastián para presenciar las labores de recuperación por parte de las fuerzas de seguridad, según informó la cadena BBC. En rueda de prensa posterior con reporteros, él condenó la violencia “que ha causado tanta muerte y sufrimiento al pueblo”.

“Es un muy, muy triste día para todos nosotros”, dijo. “Deseo, por lo tanto, expresar mis más sinceras condolencias a todas aquellas familias inocentes que han perdido un ser querido, así como también a los que han sido heridos y se han quedado sin nada”.

El cardenal también pidió al gobierno que investigue las explosiones tan ampliamente como sea posible y castigue a los responsables “implacablemente”.

Las conferencias episcopales del mundo, incluyendo las de Estados Unidos, Australia, Pakistán e Indonesia, hicieron llegar sus condolencias.

Damien Kingsbury, profesor oriundo de Sri Lanka experto en política internacional en la Universidad Deakin en Melbourne, Australia, explicó que no hay antecedentes de terrorismo islámico en Sri Lanka. La Organización Nacional de Monoteísmo fue mencionada solo en pocas ocasiones en años recientes en conexión con discursos de odio y ataques a la propiedad en templos budistas –dijo.

“Es probable que el reciente regreso de militantes del Estado Islámico a Sri Lanka, haya fortalecido su resolución”, dijo Kingsbury a Catholic News Service. A principios de abril, el gobierno de Sri Lanka había identificado a cierto número de sus ciudadanos que habían retornado al país luego del colapso del denominado califato del Estado Islámico en Siria.

El jefe de policía de Sri Lanka, Pujuth Jayasundara, emitió un alerta sobre la organización –que llevó a cabo las explosiones suicidas a prominentes iglesias– unos diez días antes de los ataques, según informó la agencia de noticias France Presse. No se aclaró qué acciones tomaron las fuerzas de seguridad previas a la Pascua en respuesta al alerta.

El primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, reclamó que tanto él como altos funcionarios del gobierno no fueron informados y dijo: “Debemos analizar por qué razón no se tomaron las adecuadas precauciones”.

Los expertos mencionaron que la coordinación exacta –seis explosiones se activaron en un lapso de 20 minutos entre sí– y el número de sitios escogidos para atacar, evocan el ataque a importantes hoteles en Bombay en 2008 por parte de un grupo terrorista vinculado al Estado Islámico.

Con estas bombas concluye una década de relativa paz en Sri Lanka, un país con una larga historia de combate al terrorismo, durante la época de la guerra civil entre las fuerzas gubernamentales y los Tigres de Liberación del Eelam Tamil.

El 23 de abril se ha declarado como día de duelo nacional.