Lou Baldwin
Redacción del CS&T
En una era en que las vocaciones femeninas a la vida religiosa están en considerable decadencia en la mayoría de los países, si una joven congregación inviste a 12 mujeres jóvenes con su hábito, esto es noticia.
Sucedió el 6 de diciembre, como un preludio a la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, en Washington, y tres de aquellas mujeres jóvenes eran de la Arquidiócesis de Filadelfia. Esa congregación de rápido crecimiento es Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará (S.S.V.M), fundada en 1988 en San Rafael, Argentina, por el padre Carlos Miguel, como una congregación de hermanas del Instituto del Verbo Encarnado (I.V.E). fundado para hombres cuatro años antes.
Los sacerdotes del Verbo Encarnado están encargados de la parroquia Santa Verónica en Filadelfia y las hermanas ejercen su ministerio en Misión Santa María Madre de Dios, en Avondale, Condado Chester. Ambas ramas han atraído vocaciones religiosas locales.
De acuerdo con la costumbre de la congregación, los nombres religiosos dados a las 12 principiantes son una letanía virtual de la Santísima Madre.
Las tres nuevas hermanas de Avondale que ahora estudian en el noviciado Kateri Tekakwitha Novitiate en Upper Marlborough, Md., son la hermana María Aurora Salutis(María Aurora de Salvación), proveniente de Puerto Rico; la hermana María en Inatzin (María Más Santa) proveniente de México; y la hermana María Ancora Confidentae (María Ancla de Confianza), también de México. Ellas recibieron el tradicional hábito gris, el escapulario azul de la congregación y el velo blanco simbolizando que ellas son novicias.
La hermana Inatzin, que entró a la edad de 20 años, asistió tanto a escuelas públicas como a católicas. La semilla de su vocación fue plantada a la edad de 12 años por las Hermanas del Sagrado Corazón, en México.
«Me hice una religiosa porque quiero servir a Dios −dijo ella. Ser una religiosa significa para mí ayudar a otras personas en sus necesidades … y evangelizar la cultura. Escogí S.S.V.M. porque amo su carisma y quiero ser una misionera» ─añadió ella.
La hermana Aurora Salutis, que entró a la edad de 33 años, dijo que su opción de la vocación creció con oración y discernimiento. Ella eligió los fieles S.S.V.M. debido a su gran devoción a Jesús en el Santísimo, su gran devoción a la Santísima Madre, su obediencia incuestionable al Santo Padre y el magisterium de la Iglesia y también la gran alegría que manifiestan las hermanas.
«Quiero hacer la voluntad de Dios, porque quiero llegar a conocer y amar a Dios con todo mi corazón a fin de servirlo mejor en esta vida y ser feliz con él en el cielo para toda la eternidad», ella dijo.
La hermana Ancora Confidentiae entró a la edad de 20 años. Ella asistió a escuelas públicas en West Chester.
Que las tres son de origen hispano es probablemente debido a que es la etnia más atendida por la Misión Santa María. Muchos, si no la mayoría de las otras recién investidas novicias no eran hispanas, señala la madre María Lumen Christi, director de vocaciones de la congregación. Ella es de la Diócesis de Camden, se graduó de Camden Catholic High School (Escuela Secundaria Católica Camden) y se dio cuenta de su vocación religiosa «probablemente a los 18 ó 19», mientras estudiaba en Catholic University of America con mujeres jóvenes que pensaban como ella.
Ella fue atraída por el carisma de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, que, al igual que su equivalente masculino, tiene una base espiritual mariana que se deriva de las enseñanzas de san Luis de Montfort, y también de los ejercicios espirituales de san Ignacio Loyola.
Ella entró en la congregación a la edad de 22 años en el 2004. Su jornada de formación es típica de la congregación. Después de un período de postulantado y un año de noviciado, ella hizo un año de votos temporales por un total de tres años, y en la misma ceremonia en que las novicias fueron investidas este año, ella hizo votos temporales por los últimos tres años. Cuando estos se completen, hará los votos perpetuos.
«Amo esta vida, pero eso no quiere decir que es una vida fácil. Realmente es un llamado de Dios, -dijo. Llega un momento en que Dios transforma nuestro corazón y uno finalmente sólo desea pertenecerle. Ahí es donde encontramos nuestra felicidad, nuestra realización -perteneciendo exclusivamente a Dios.”
Las tres novicias locales se unen a otras tres hermanas de la zona de Filadelfia ya en la congregación. La hermana Ancora es una hermana de sangre de la hermana María Madre de la Esperanza, que está en misión en Brooklyn, NY y que nació en el distrito federal de México.
La hermana María Madre de la Esperanza llegó a familiarizarse con las hermanas en Avondale, y entró a los 19 años. «Comenzó con la dirección espiritual, los ejercicios espirituales y el ejemplo de las hermanas de mi parroquia. El amor de María, el carisma y el espíritu de familia me atrajeron, −dijo. Yo quiero llevar almas a Dios, especialmente los que sufren. Ser un religioso es vivir los consejos spaninos de pobreza, castidad y obediencia por amor de Dios y la salvación de las almas».
Como miembros de una congregación misionera, las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará sirven en una variedad de ministerios por todo el mundo, incluyendo servicio social, catequesis, enseñanza y asistencia médica.
La hermana María Guadalupina, también de Misión Santa María, hizo sus votos perpetuos este año. Ella es un miembro de una rama de clausura de la congregación, viviendo una vida de oración en St. Edith Stein Monastery (Monasterio Santa Edith Stein) en Brooklyn.
La hermana María de la Encarnación, que entró a los 21 años, está sirviendo en California y es la única hermana local cuya herencia no es hispana. Originaria de la parroquia Santa Catalina de Siena en Horsham, ella asistió a Villa Joseph Marie Academy y a West Chester University (universidad de West Chester).
Incluso como hija de una familia católica ella pensó en una vocación religiosa, pero no seriamente, hasta que era una estudiante de primer año en la Universidad de West Chester cuando ella conoció a las hermanas de Avondale. «Lo que me atrajo al principio era el hábito religioso y al pasar más tiempo con ellas, era su alegría inherente y su ofrecimiento completo de ellas mismas por el amor de Cristo. Su vida de oración profunda y apostolado activo también le hablaron a mi corazón.”
«A diferencia de un trabajo donde usted trabaja de las 9:00 a.m. hasta las 5:00 p.m., de lunes a viernes −dijo ella, como religiosa devota−, cada momento de cada día de mi vida, me doy completamente a Dios y su voluntad».
Para información adicional acerca de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará visite www.ssvmusa.org.
PREVIOUS: Jóvenes encuentran a Cristo en bendición de quince años
NEXT: ¡Qué nuestros corazones sean rotos y abiertos!
Share this story