By Msgr. Hugh J. Shields

Según nos preparamos para entrar en el sagrado tiempo de cuaresma, el estribillo de la imposición de las cenizas el Miércoles de Ceniza, «Arrepiéntete y cree en el Evangelio», resuena en los corazones de muchos.

Las dos direcciones de energía se aclaran al contemplar estas frases: (1) Arrepiéntete. La necesidad real de todos nosotros de reconocer que no somos perfectos, de que estamos ‘rotos’ en muchas formas, que ‘¡sí, nosotros pecamos!, pero que somos capaces, con la gracia y el amor de Dios, de dejar atrás las formas pecaminosas y avanzar con nuestras vidas.

(2) Y cree en el Evangelio. ‘Cree’ de manera que se manifieste un cambio, una diferencia, en nuestra vida diaria. En el cree viene la comprensión de que somos libres, gracias al amor ilimitado y desbordante de Dios. Libres para dejar atrás envidias, injusticias, malas intenciones, comentarios cáusticos y condenatorios que hieren, y adicciones que privan de vida, ¡y que verdaderamente lo creamos y lo demostremos!, en la liberante Buena nueva del Evangelio.

Al entrar en el santo tiempo de cuaresma, según nos imponen las cenizas proclamando nuestra fe en el amor de Cristo, es justo que nos preguntemos: ¿Cuántos de nuestros familiares, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, conocidos y otros, serán capaces de sentir este amor liberante, esta invitación compasiva/retante de «arrepiéntete y cree en el Evangelio» por nuestra presencia en sus vidas en esta cuaresma?

¿Será el mensaje de las cenizas evidente en mi estilo de vida durante toda la cuaresma?

¿O desaparecerá el mensaje con el primer lavado?

¡Esperemos que muchos sentirán el mensaje de nuestras cenizas en toda la cuaresma!

Mons. Hugh Shields es el Vicario para Hispanos Católicos de la Arquidiócesis de Filadelfia.