Mons. Hugh J. Shields
Cuando nosotros estudiamos filosofía en el seminario, una de las frases que se utilizaba en la argumentación de un punto era la frase transeat. Traducido vagamente significaba, de modo caballeroso: dejaré que pase por ahora lo que usted acaba de decir. En muchos debates esa frase permitió al orador llegar a su conclusión y, a continuación, responder al que escuchaba.
En el debate de reforma de ley de inmigración de nuestro país, nosotros como católicos, parece que hemos caído en el hábito (espero, inconscientemente) de utilizar simbólicamente transeat en el acalorado, emocionalmente cargado diálogo. {{more:(Lea más)}}
Permitir a oradores (electos o no) implicar que los aproximadamente 12 millones de personas indocumentadas que están en nuestro país son todos traficantes de droga, terroristas, ‘ilegales’ o que están aquí para minar los valores de nuestro país – ¿y como católicos decimos transeat?
Permitir a oradores negar el derecho a las personas a inmigrar buscando una mejor vida para ellos y sus familias (un derecho, a propósito, apoyado por la enseñanza de la Iglesia católica) – ¿y, como católicos, decimos transeat?
Permitir el estrechamiento de la ley de inmigración a que simplemente signifique la imposición de la ley fronteriza, cuando nuestros obispos católicos piden un acercamiento más comprensivo a una realidad muy difícil -¿y nosotros, como católicos, decimos transeat?
Permitir directa o indirectamente el ‘satanizar’ de las personas como si ellos no son hechos a la imagen y semejanza de Dios simplemente porque ellos no tienen documentos – y, ¿como católicos, decimos transeat?
Permitir el no conectar los puntos entre nuestros contratos comerciales con las naciones extranjeras y las condiciones que impulsan a las personas a buscar una vida mejor fuera de esas mismas naciones extranjeras -¿y decimos transeat?
Permitir que el debate y su significancia se degeneren en un vociferar frente a un establecimiento de cheesteak -¿y decimos transeat?
Creo que nosotros, como católicos, no estamos siendo la levadura que nuestra Iglesia quiere que seamos cuando por nuestra ausencia retenemos una presencia poderosa de Cristo muy necesaria en un debate que se encamina a la violencia.
¿Transeat o no? Yo aniMaría a que sea no en este momento, y en este debate.
Mons. Hugh Shields es el Vicario para Hispanos Católicos de la Arquidiócesis de Filadelfia.
Share this story