CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — La Arquidiócesis de Santiago recomendó que el ex rector de la catedral sea dimitido del estado clerical tras denuncias de abuso y comentarios sobre la iglesia.
La controversia comenzó a desarrollarse a principios de marzo después de que un canal de noticias chileno Radio BioBio publicara una denuncia presentada en 2015 por Daniel Rojas Álvarez contra la Arquidiócesis de Santiago por presuntos abusos cometidos en 2015 por el padre Tito Rivera, el ex rector.
“El arzobispo de Santiago ha enviado a la Santa Sede la solicitud de dimisión del ministerio del presbítero, sugiriendo al Santo Padre que se tramite con celeridad”, dijo la Arquidiócesis de Santiago el 14 de marzo.
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El sacerdote “ha formulado gravísimas afirmaciones en contra de víctimas de abusos, del ministerio sacerdotal y de los sacramentos del matrimonio y de la confesión, entre otras expresiones, que rechazamos tajantemente” dijo la arquidiócesis en un comunicado de prensa.
Según una denuncia del 2015, Rojas dijo que fue a la catedral para buscar ayuda económica para comprar medicamentos para su hija. El padre Rivera, dijo Rojas, lo llevó a una habitación, lo drogó y lo violó.
Rojas dijo que intentó varias veces denunciar el abuso a la arquidiócesis, pero fue rechazado y, en un momento dado, fue expulsado y amenazado por un sacerdote que trabajaba en la oficina de quejas pastorales de la arquidiócesis. También dijo que habló directamente del asunto con el cardenal de Santiago, Ricardo Ezzati, en un confesionario en la catedral.
La denuncia dice que el cardenal Ezzati “lo abrazó y le dijo que orara por el padre Tito Rivera”. Rojas dijo que un sacerdote le dio 30,000 pesos chilenos (50 dólares) después de reunirse con el cardenal.
La denuncia también dice que Rojas finalmente le dijo a su esposa sobre el abuso. Sin embargo, ella no le creyó, lo “acusó de ser gay” y lo echó de la casa.
En el programa de noticias chileno “Informe Especial” el 7 de marzo, el cardenal Ezzati dijo que aunque simpatizaba con el sufrimiento de Rojas, negó haberse reunido o abrazar a Rojas u ordenarle a cualquier sacerdote que le diera dinero.
El cardenal chileno también dijo que el sacerdote encargado con investigar la queja de Rojas se retrasó porque no había una dirección para contactar a Rojas.
El padre Rivera, que tiene 67 años y padece la enfermedad de Parkinson, negó las acusaciones, que dijo que habían empañado su reputación y fue “un montaje, con el fin de sacar dinero”. Sin embargo, el sacerdote también le dijo al programa chileno “Mentiras Verdaderas” el 13 de marzo que había tenido relaciones consensuales con hombres y mujeres.
Cuando se le preguntó por qué tenía relaciones sexuales a pesar de su voto de castidad, el padre Rivera dijo que, dentro de la Iglesia Católica en Chile, “hay un ambiente favorable para esas prácticas (homosexuales)” y “me atrevería a decir que el 50 por ciento de los sacerdotes chilenos son homosexuales”.
El padre Rivera también dijo que dentro de la iglesia local, “hay una especie de represión física y una acentuación de lo religioso, entonces muchos se reprimían o se reprimen, pero tienen la homosexualidad latente”.
También dijo que solicitó ser dimitido del estado clerical.
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