Miembros del grupo Members of the Border Network for Human Rights and Border Dreamers and Youth Alliance protestan frente a una corte federal de los Estados Unidos en El Paso, Texas, el 5 de marzo de 2018. (Foto CNS-José Luis González, Reuters)

WASHINGTON (CNS) — El presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) expresó el 15 de marzo su apoyo por la “Ley de Sueños y Promesas 2019”, la cual proporcionaría protección y un camino hacia la ciudadanía para “Dreamers” o “Soñadores” que califican y para inmigrantes que tienen estatus bajo los programas de protección temporal (conocido como TPS) y Partida Forzada Diferida.

“Necesitamos una solución legislativa permanente para aquellos que han pasado sus vidas contribuyendo y viviendo en los Estados Unidos, el país que conocen como su hogar”, dijo el obispo Joe S. Vásquez, de Austin, Texas, presidente del comité de migración.

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“Soñadores y beneficiarios de TPS son miembros importantes de nuestra comunidad que van a la escuela, trabajan para mejorar nuestras comunidades y crían familias”, dijo el obispo Vásquez en una carta a miembros de la cámara baja del congreso estadounidense. “Han vivido en el limbo durante demasiado tiempo y ahora es el momento de (buscar) una solución”.

Soñadores, también “Dreamers”, se les dice a adultos jóvenes inmigrantes indocumentados que fueron traídos a Estados Unidos como niños y están en el país bajo la ley Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, o DACA. La palabra “Soñador” o “Dreamer” se refiera a la Ley de Desarrollo, Ayuda y Educación para Menores Extranjeros (DREAM por sus siglas en inglés), una propuesta bipartidista que propuso varias provisiones para que ciertos jóvenes buscaran un camino hacia la residencia permanente.

La Ley de Sueños y Promesas (H.R. 6) de 2019 se introdujo en el Congreso el 12 de marzo y esta basada en la ley DREAM, según sus muchos copatrocinadores. Ofrece a los jóvenes que califican el “estado de residencia permanente con carácter condicional” y un camino hacia la residencia permanente legal completa y eventual ciudadanía.

H.R. 6 permitiría estatus de residente permanente legal para personas elegibles que benefician de los programas TPS o Partida Forzada Diferida desde 2016 (o antes) y que han estado viviendo en los EE. UU. por los menos por tres años.

El proyecto Ley de Sueños y Promesas de los Estados Unidos de 2019 también modificaría la ley actual de TPS exigiendo que el secretario del Departamento de Seguridad Nacional de una explicación detallada de la decisión de terminar una designación de TPS, incluso dándole un informe al Congreso tres días después de publicar un aviso de tales terminaciones.

“Mis hermanos obispos y yo creemos en la protección de la dignidad de cada ser humano, particularmente de nuestros niños y familias”, dijo el obispo Vásquez en su carta. “Los obispos católicos han apoyado durante mucho tiempo a los Soñadores y (beneficiarios) del TPS, así como a sus familias. Reconocemos y admiramos a estas personas” por su contribución a nuestra economía, por sus exitos académicos en universidades y por ser líderes en parroquias.

“Es tanto nuestro deber moral como el mejor interés de nuestra nación protegerlos y permitirles alcanzar su pleno potencial dado por Dios”, dijo el obispo Vásquez.

Por estas razones, dijo, estaba pidiendo a los miembros de la cámara que apoyen y copatrocinen el proyecto H.R. 6 si aún no lo han hecho. Agradeció a quienes ya lo apoyan o son copatrocinadores de la medida.

“También los instamos a continuar trabajando para lograr una reforma legislativa más amplia de nuestras leyes de inmigración que nuestro país tan desesperadamente necesita”, dijo el obispo Vásquez, quien agregó que el comité de migración de la USCCB “está listo para trabajar con el Congreso para reformar nuestro sistema de inmigración de manera humanitaria, de manera justa y con sentido común”.